jueves, 20 de septiembre de 2012


Hechicerías y curanderías en la Lima del siglo XVII. Formas femeninas de control y acción social

Alejandra B. Osorio

 

State University of New York en Stony Brook Departamento de Historia. Este trabajo examina las formas en que las mujeres de estratos populares de Lima colonial utilizaron l a magia, la curandería y la brujería para controlar, tanto su sexualidad como las relaciones sociales a su alrededor. Nos hemos detenido también a analizar cuáles fueron esas prácticas culturales y sus orígenes. El análisis de cómo estas mujeres enfrentaron sucesos de la vida cotidiana, tales como las normas sociales impuestas por la sociedad colonial, sus problemas amorosos, sexuales y de violencia conyugal, está basado en los testimonios contenidos en los juicios de extirpación de idolatrías llevados acabo en Lima durante el siglo XVII

 

. Este análisis me permite, además, reconsiderar argumentos desarrollados en los años 1970 y 1980, específicamente por los trabajos pioneros de  Elinor Burkett ( 1978) e lrene Silverblatt (1987), que trataron de explicar y entender la condición de las mujeres -indígenas especialmente- bajo el régimen colonial. Dichos trabajos nos dan las bases teóricas para el estudio de la mujer en el virreinato del Perú. Los modelos propuestos en estos trabajos han sido recientemente reconsiderados por Ann Zulawski ( 1990) para el caso de mujeres coloniales en el Alto Perú. Los casos limeños proporcionan interesantes contrastes a los ejemplos detallados por Zulawski, así como diversas similitudes con el caso colonial de la ciudad de México, analizado por Behar (1987). Ambos casos comparativos pueden ayudarnos a elucidar la realidad de la mujer colonial limeña, así como apuntar hacia nuevos horizontes en su estudio.

 

El estudio de la condición de la mujer en el Perú colonial

 

A fines de los años setenta y principios de los ochenta, Elinor Bukett e Irene Silverblatt publicaron estudios que proponían dos teorías o modelos opuestos, de la condición de la mujer bajo el dominio colonial español en ambos tomaron como referencia el impacto de la conquista española en cotidiana y en la conciencia de la mujer andina. En su trabajo sobre Arequipa Elinor Burkett (1978) desarrolla un modelo, que podríamos llamar de “aculturación urbana” de la mujer indígena y que se desprende de estudios llevados a cabo en la época de la esclavitud en los Estados Unidos. Para Burkett la conquista española habría tenido consecuencias positivas para muchas mujeres indígenas, ya que el colonialismo abrió nuevas oportunidades de trabajo, nuevos patrones de migración, nuevas relaciones sociales, y con ello nuevos estilos de vida. Algunos de los logros de estas mujeres indígenas y migrantes, estaban relacionados con ciertas ocupaciones desempeñadas por ellas, tales como las de empleadas domésticas y/o

como nodrizas en casas de españoles, lo que les permitió penetrar en el mundo del colonizador, aprender su idioma costumbres equipándolas con un conocimiento que les permitía un desenvolvimiento en el nuevo mundo colonial. Por otra parte, los no indígenas no tuvieron esa posibilidad, y dentro de este modelo sufrieron marginación, y tuvieron un menor

status que el de sus contrapartes femeninas en la sociedad colonial. A pesar de las ventajas, las mujeres coloniales en general fueron manipuladas por los criterios y necesidades de una clase dominante masculina que marcó las pautas del funcionamiento de la sociedad colonial. Burkett

EL TRIBUNAL DE LA INQUISICIÓN

Introducción
 
Recepción de una bruja. Cuadro de Tiers
Inquisición, institución judicial creada por el Pontificado en la Edad Media, con la misión de localizar, procesar y sentenciar a las personas culpables de herejía. En la Iglesia primitiva la pena habitual por herejía era la excomunión. Con el reconocimiento del cristianismo como religión estatal en el siglo IV por los emperadores romanos, los herejes empezaron a ser considerados enemigos del Estado, sobre todo cuando habían provocado violencia y alteraciones del orden público. San Agustín aprobó con reservas la acción del Estado contra los herejes, aunque la Iglesia en general desaprobó la coacción y los castigos físicos.
Orígenes
En el siglo XII, en respuesta al resurgimiento de la herejía de forma organizada, se produjo en el sur de Francia un cambio de opinión dirigida de forma destacada contra la doctrina albigense. La doctrina y práctica albigense parecían nocivas respecto al matrimonio y otras instituciones de la sociedad y, tras los más débiles esfuerzos de sus predecesores, el papa Inocencio III organizó una cruzada contra esta comunidad.
Promulgó una legislación punitiva contra sus componentes y envió predicadores a la zona. Sin embargo, los diversos intentos destinados a someter la herejía no estuvieron bien coordinados y fueron relativamente ineficaces.
La Inquisición en sí no se constituyó hasta 1231, con los estatutos Excommunicamus del papa Gregorio IX. Con ellos el papa redujo la responsabilidad de los obispos en materia de ortodoxia, sometió a los inquisidores bajo la jurisdicción del pontificado, y estableció severos castigos.
El cargo de inquisidor fue confiado casi en exclusiva a los franciscanos y a los dominicos, a causa de su mejor preparación teológica y su supuesto rechazo de las ambiciones mundanas.
Al poner bajo dirección pontificia la persecución de los herejes, Gregorio IX actuaba en parte movido por el miedo a que Federico II, emperador del Sacro Imperio Romano, tomara la iniciativa y la utilizara con objetivos políticos. Restringida en principio a Alemania y Aragón, la nueva institución entró enseguida en vigor en el conjunto de la Iglesia, aunque no funcionara por entero o lo hiciera de forma muy limitada en muchas regiones de Europa.
Dos inquisidores con la misma autoridad --nombrados directamente por el Papa-- eran los responsables de cada tribunal, con la ayuda de asistentes, notarios, policía y asesores. Los inquisidores fueron figuras que disponían de imponentes potestades, porque podían excomulgar incluso a príncipes. En estas circunstancias sorprende que los inquisidores tuvieran fama de justos y misericordiosos entre sus contemporáneos. Sin embargo, algunos de ellos fueron acusados de crueldad y de otros abusos.
Inquisición española
Diferente también de la Inquisición medieval, la Inquisición española se fundó con aprobación papal en 1478, a propuesta del rey Fernando V y la reina Isabel I.
Esta Inquisición se iba a ocupar del problema de los llamados marranos, los judíos que por coerción o por presión social se habían convertido al cristianismo; después de 1502 centró su atención en los conversos del mismo tipo del Islam, y en la década de 1520 a los sospechosos de apoyar las tesis del protestantismo.
A los pocos años de la fundación de la Inquisición, el papado renunció en la práctica a su supervisión en favor de los soberanos españoles. De esta forma la Inquisición española se convirtió en un instrumento en manos del Estado más que de la Iglesia, aunque los eclesiásticos, y de forma destacada los dominicos, actuaran siempre como sus funcionarios.
Auto de fe
La Inquisición española estuvo dirigida por el Consejo de la Suprema Inquisición, pero sus procedimientos fueron similares a los de su réplica medieval. Con el tiempo se convirtió en un tema popular, en especial en las zonas protestantes, por su crueldad y oscurantismo, aunque sus métodos fueran parecidos a los de instituciones similares en otros países católicos romanos y protestantes de Europa.
Sin embargo, su superior organización y la consistencia del apoyo que recibía de los monarcas españoles, descollando Felipe II, hicieron que tuviera un mayor impacto en la religión, la política o la cultura que las instituciones paralelas de otros países. Esta eficacia y el apoyo político permitieron a Tomás de Torquemada, el primero y más notable gran inquisidor, ejecutar por miles a supuestos herejes.
El gran inquisidor y su tribunal tenían jurisdicción sobre los tribunales locales de virreinatos como México y Perú, donde estuvieron más ocupados con la hechicería que con la herejía.
El emperador Carlos V introdujo la Inquisición en los Países Bajos en 1522, pero no consiguió acabar con el protestantismo. Se estableció en Sicilia en 1517, aunque no lo pudo hacer en Nápoles y Milán. Los historiadores han señalado que muchos territorios protestantes tenían instituciones tan represivas como la Inquisición española, por ejemplo el consistorio de Ginebra en tiempos del reformador francés Juan Calvino. La Inquisición quedó al fin suprimida en España en 1843, tras un primer intento, fallido, de los liberales en las Cortes de Cádiz, en 1812.
 
Inquisición en el Perú

Tribunal de la Inquisición en Lima

Esta institución religiosa fue establecida en el Perú, mientras el Virreynato estaba a cargo del Virrey Toledo, en el año de 1570. Se encargó de velar por el mantenimiento de la moral, y las bunas costumbres. Además de preservar la pureza de la doctrina cristiana.

El Tribunal se encargaría de perseguir incesantemente a los judíos que se habían asentado en territorio americano, huyendo de la Península. También el Tribunal se mostró bastante interesado en expandir su poderío sobre la vida privada de las personas, así, podían autorizar sanciones, para casos de bigamia, poligamia, hechicería, etc.

Lo mismo que controlar el aspecto cultural, ya que el tribunal fijaba que podía leerse en la época y que no, incluso confeccionó un catalogo de libros prohibidos para cualquier buen creyente, llamado “Índice”, el que era descubierto leyendo uno de estos libros prohibidos, era inmediatamente penado Los que eran considerados culpables, recibían diferentes tipos de castigos, podían ir desde el paseo del culpable por las calles portando el “sambenito”, especie de túnica, que mostraba el arrepentimiento y redención del inculpado. El sambenito era ciertamente humillante, pero llevar esta prenda por las calles era un castigo menor si lo comparamos con las penas mayores, como la pena de muerte, la hoguera , fue la más común.

Procesos contra mujeres

El siguiente artículo enfoca su atención en el tema relativo a la Inquisición y su accionar sobre las mujeres, durante el período colonial. Las mujeres fueron objeto de preocupación para el Tribuanl de la Inquisición, siendo las mismas culpadas y procesadas mayormente bajo los cargos relacionados a la "hechiceria" y "delitos sexuales". El blanco de la Inquisición , en lo que a materia de mujeres se refiere, fueron las llamadas Beatas

Durante las primeras décadas del siglo XVI, la mirada del Tribunal se centró en la búsqueda de los llamados "cristianos nuevos"(de orígen judío, en el proceso,numerosas mujeres fueron requisitoriadas por tratarse de familiares directos de los inculpados. Sin embargo, ya para el siglo XVII, la atención se concentró en la figura de las beatas, quwe fueron vistas como peligrosas al dogma cristiano.

Vale la pena acotar, que la Inquisición tubo una expandida jurisdicción, lo cual signinficó que esta poseía una autoridad implacable sobre casi todo el conjunto de la población, excepto los indígenas, quienes no podían ser acusados ante este Tribunal, ya que de los problemas acaecidos por los indios, existió otra instancia llamada Tribunal de Extirpación de Idolatrías. Contrariamente a lo que se había pensado anteriormente, los indios, pese a su status de "menor de edad", en la práctica, la Inquisición ha registrado testimonio de indígenas quienes sirvieron a manera de testigos. Las indias aparecen en los expedientes de la Inquisición, en gran parte de los casos bajo la acusación de hechicería, por otro lado también, la vox femenina aparece en los registros, para denunciar el delito de solicitación por parte de los curas. La solicitación consistía en la seducción que el cura ejecutaba con sus feligresas, contradiciendo sus propios principios de castidad.

 
Hechiceras y curanderas

Acorde con la historiadora María Mannarelli, el estudio de estos casos, en que las mujeres fueron señaladas como hechiceras, o beatas falsas, ha permitido crear un nuevo espacio para la reflexión histórica, al acceder a una serie de nuevas premisas, que delatarían que durante la época colonial hubo mujeres que en condiciones de restricciones, prejuicios y desigualdad, fueron capaces de crear una cultura propia, una forma de ser mujer, al margen de las trabas que la sociedad de la época estableció para ellas.

A lo largo del siglo XVII, en el Virreinato del Perú, fueron registrados 184 personas como acusadas de algún delito, de las cuales 120 fueron hombres y 64 mujeres, de éstas 49 fueron acusadas de hechicería. El origen étnico de estas mujeres, fue de lo más diverso, hubo desde españolas e indias, hasta mulatas, sambas o cuarteronas de mulatas, siendo un rasgo común, su procedencia social de extracción baja.
 
Cuadro de Bruja. Pintor anónimo. Perteneciente al Siglo XV
Algo importante en recalcar, es que las hechiceras realizaron su labor gracias a sus clientes (que fueron mujeres también). Las hechiceras se valieron de todo un arsenal para llevar a cabo en muchos casos hechizos de amor que sus clientas les pedían, utilizaron brebajes, muñecos, ídolos indígenas, así como la invocación al Espíritu Santo, etc. Es así como se observan una cierta continuidad y preservación del pasado prehispánico, ya que ellas se valieron de las huacas, lugares sagrados e ídolos indígenas para llevar a cabo su trabajo.
Sin embargo, los inquisidores, vieron en el uso de imágenes precolombinas, la presencia del diablo y por esto, se las acusaba. La mayoría de estas mujeres no aceptaban el pacto de las cuales se las acusaba, argumentaban que ellas podían curar enfermedades, y de esa manera se ganaban la vida.
Para las autoridades inquisitoriales, la presencia de estas mujeres significó un motivo de preocupación por doble razón, la primera porque de alguna manera en su actividad perduraban elementos precolombinos como los idolillos de barro, las imágenes pre-hispánicas, etc.; mientras que la segunda amenaza se reflejaba en el "pacto con el diablo", de esta manera contradiciendo el dogma católico. Hubo numerosos testigos de las hechiceras, que adujeron que ellas, no curaban las enfermedades, sino por el contrario, traían la muerte, la enfermedad y la locura.
Además acompañadas a estas acusaciones, se las acusó también de llevar una vida escandalosa caracterizada por el relajo de su sexualidad. El estudio de este tipo de temas históricos, nos demuestra un fenómeno que no se había analizado por mucho tiempo. Es cierto que las mujeres de la colonia vivieron en circunstancias de desventaja en comparación con su contraparte masculina, sin embargo, el análisis de este tipo de conductas femeninas, hace pensar que algunas de ellas lograron gestar una cultura propia, pese a las trabas que la sociedad de su época les imponía, nos da " una idea de lo que pudieron haber sido sus sueños, las expectativas y los dramas cotidianos de las mujeres en las sociedades coloniales latinoamericanas"(Mannarelli, 1999:41)
Fin de la Inquisición
El siglo XIX se inicia con las victorias de Napoleón quien corona a su hermano José en el trono de España. En diciembre de 1808 decreta la extinción del Tribunal de la Inquisición. Las cortes españolas que se oponen militarmente a Napoleón dictan una constitución liberal y en 1813 decretan la abolición de la Inquisición. En 1814, derrotado Napoleón y vuelto al trono el rey Frenado VII, restablece el Tribunal.
Mientras tanto, en América, la Asamblea del año Trece, a instancias de San Martín y de Alvear, decreta la eliminación de la Inquisición en Buenos Aires. Si la Asamblea tuvo que derogar la Inquisición, es prueba de que existía. A medida que las fuerzas independientes derrotan a los españoles, una de las primeras medidas siempre fue la eliminación del Tribunal. La abolición del Tribunal de Lima se produce en 1820, por orden de las cortes españolas, porque por pocos años vuelve a tener vigencia la constitución de Cádiz de 1812 que derogaba el tribunal. Pocos años después, Fernando VII vuelve a instaurar el tribunal en España, pero América ya era independiente, gracias a las victorias de San Martín y Bolívar. Los tribunales de la Inquisición no funcionaron más en toda América del Sur.
También en España, muerto Fernando VII, su sucesora, la regente María Cristina elimina el Tribunal de la Inquisición en el año 1834
 

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